Los estudiantes de mi generación se valieron de un ingenioso artificio con nombre de instrumento musical para enfrentar exámenes sin haberse preparado. El “acordeón” se volvió un término genérico y sinónimo de “copiar”. Debía estar escondido para ser consultado disimuladamente. Muchos de estos apuntes se doblaban a manera de fuelle; sus pliegues contenían fechas, fórmulas, […]