Nuestra incipiente democracia arrastra una tristeza: no nos gobierna una aristocracia, no nos gobiernan los mejores. El estado de salud de la democracia en México coincide con el concepto aristotélico de demagogia: “la forma corrupta o degenerada de la democracia”. Esta descomposición equivale a un estado de putrefacción, tierra de gusanos. Estamos infestados de parásitos […]