Hace tiempo les conté (“La restauración”, 29 de octubre de 2017) de la notable resiliencia de El Manglito, comunidad de pescadores en La Paz, Baja California, quienes, bajo la tutela de NOS (Noroeste Sustentable AC), le dieron la vuelta a la pesca ilegal, a la drogadicción, a una visión de vida encaminada a la sobreexplotación y al autoexterminio. Coincidí con Alejandro Robles, director de NOS, en el Summit 2023 del Foro Mar de Cortés, en Los Cabos, una iniciativa que busca articular a empresas, academia, sociedad civil y gobiernos de Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa y Sonora para generar sinergias que impulsen la prosperidad incluyente en la privilegiada (pero amenazada) región del Mar de Cortés. Lo que ahí se dijo merece ser contado como semillas de esperanza para una sociedad mexicana ávida de mejores tiempos.
Luego de que regeneraron el fondo marino con callo de hacha y todo se encaminaba a un final feliz, una especie depredadora destruyó lo que la comunidad había generado después de años de trabajo y perseverancia. Encima de la plaga, llegó la pandemia de Covid-19. El desánimo y el desconcierto se propagaron en la comunidad de 600 personas, 100 de las cuales son pescadores. El sentido de comunidad que ya habían creado, coordinándose, llegando a acuerdos, los hizo reaccionar. Se pusieron a fabricar cubrebocas mientras hacían esfuerzos por salvar lo que quedaba de callo de hacha. Cuando estaban levantando cabeza y esperando cosechar, un grupo criminal les exigió que les vendieran toda la producción. Haciendo frente común, la comunidad, donde hombres y mujeres participan activamente, decidió no ceder. El capital social que habían construido les dio un sentido de fuerza grupal que logró vencer el miedo y enfrentar la amenaza. La London School of Economics editó un libro donde les dio voz a los actores de esta historia de regeneración y supervivencia. Este “aparador” internacional ahuyentó al crimen organizado. ¿Qué aprendizaje podemos extraer, como sociedad, de esta historia?
El Foro Mar de Cortés es una muestra del tipo de esfuerzos que requiere México para enfrentar sus problemas. En voz de su presidente honorario, Agustín Coppel Luken, demanda generar habilidades de liderazgo entre las que mencionó una “inconformidad radical”. Me encantó el término. Es lo que requiere la sociedad mexicana para combatir varios males. Además, necesitamos líderes, como dijo Fred Kofman, no para hacer que los demás hagan cosas, sino para hacer que los demás quieran hacer las cosas.
Les cuento más ejemplos de regeneración. Con el apoyo de una empresa japonesa, en el Mar de Cortés se están “sembrando” arrecifes, usando los desechos de conchas (que suelen ser un problema), que se empaquetan en sacos de malla y se meten en unas estructuras metálicas que, al ser depositadas en el fondo marino, crean montículos con cavidades orgánicas, que son altamente efectivos para atraer fauna y flora, regenerar el ecosistema y crear arrecifes. Sin duda este ejemplo es una metáfora de que una sociedad, como la nuestra, también florece cuando la estructura y el ecosistema son adecuados.
Jenny Pearce, antropóloga e investigadora inglesa, especialista en violencia en América Latina, tuvo una provocadora sugerencia para México: interrumpir los ciclos intergeneracionales de masculinidad y generar discusión social sobre la violencia crónica. Instó a nombrar las diferentes violencias (pues si algo no se nombra, no existe) e hizo una lúcida crítica a lo que muchos ven como un éxito en la política represiva de Nayib Bukele, en El Salvador, bomba de tiempo que se nutre de la violencia policial, de la cárcel y del castigo, semillas reproductoras de más violencia. Pearce habló de que una justicia regenerativa requiere de un cuerpo policial (no militar) altamente capacitado, sensible, humanizado y bien pagado.
Gastón Luken Aguilar, visionario e incansable activista de la región, dio en el clavo de la esencia del Foro de Mar de Cortés (para mí, el único antídoto que nos salvará eventualmente): instó a construir comunidad y ciudadanía como plataforma para edificar a México. El lema del Summit 2023 describe, de cuerpo entero, a este gran hombre: “Prosperidad: propósito posible”.