Uno montado en su caballo y protegido por una pesada armadura; el otro, de atuendo emplumado, con ligereza ha brincado sobre el invasor. En aquel lance, que seguramente debió haber sido sorpresivo, el yelmo del jinete es echado hacia atrás por la mano del hombre águila que le empuja por el cuello. El corcel, retorcido […]