No se espanten las buenas conciencias con el título de esta columna, cuyo nombre evoca figurativas asociaciones o morbosa imaginación, como los apelativos que el inigualable Armando Fuentes Aguirre, Catón, suele usar para contar los eróticos lances de un Afrodisio Pitongo. No va por ahí sino más al norte, para ser preciso, donde empieza la […]